Cada cierto tiempo estoy cogiendo el gusto a hacer episodios en los que me apoyo de la ironía para hacer visible una situación muy común.
En esta ocasión y aprovechando un número tan redondo de episodio como el de hoy quiero compartir las lecciones que he aprendido tras 900 episodios de podcast, miles de emails contestados y cientos de clientes con los que he trabajado.
Profundizamos en productividad, liderazgo, gestión de emociones, resolución de problemas... habilidades que suponen un punto de inflexión para todos los alumnos que ya han pasado por el programa y que también lo supuso para mi.
Podéis incluso agendar una llamada conmigo para ver cómo os encaja y sacarle el máximo provecho.
Lo avisaré al inicio del episodio y lo hago aquí: No hagáis nada de caso a todo lo que voy a contar aquí. Es más, haced exactamente todo lo contrario.
Y es que aunque se va a notar muy de lejos el tipo de episodio que es siempre hay alguien que me escribe asombrado porque yo diga estas cosas.
Aviso para navegantes: TODO LO QUE VOY A DECIR ES CON IRONÍA. Lo que pienso es exactamente lo opuesto.
Y ahora si ya me despido y os dejo con lo realmente importante que es el episodio.
Gracias por estar ahí después de 900 episodios, por compartir conmigo tanto tiempo y por vuestras valoraciones de 5 estrellas en iTunes y vuestros me gusta y comentarios en ivoox y Spotify.
¡Hasta mañana!